A ver si me respondes en menos de un segundo a este sencillo acertijo:

Un bate y una pelota cuestan 1 euro y 10 céntimos. El bate cuesta 1 euro más que la pelota. ¿Cuánto cuesta la pelota?

Tic…

¡10 céntimos! 

¡Mec! No es correcto. Piénsalo mejor. Sin prisa.

¡Vale! Es verdad, la respuesta es 5 céntimos. Claro, 5 + 1,05 = 1,10.

Eso es correcto. No era complicado, ¿verdad? En cuanto te has parado a pensar lo has visto claro.

No te preocupes, todo el mundo se equivoca a la primera. El acertijo ofrece una respuesta rápida y sencilla que nos viene directamente a la mente y que, además, es falsa. Ahí está la gracia. Pero lo mejor de todo esto es la explicación. ¿Por qué tu mente ha fallado un acertijo tan sencillo? https://youtu.be/G3lQwzmT6NA

Pensar rápido, pensar despacio

daniel kahneman

Tu mente es extremadamente vaga. No te lo tomes a mal, te explico: Tu mente está programada para consumir la mínima cantidad de recursos necesarios para solucionar cada problema. Y por eso ha desarrollado dos sistemas.

El primer sistema es intuitivo y se basa en el recuerdo del mundo exterior y las emociones y experiencias anteriores. Este sistema es rápido, instantáneo, como el colacao. De hecho la mayoría de las veces actúa de forma automática. Al fin y al cabo, tampoco hace falta ser un lince para sumar dos más dos, o para girar la cabeza cuando alguien grita tu nombre al otro lado de la calle.

Como te imaginarás, es un sistema que no consume apenas energía. Siempre que pueda, tu mente utilizará el sistema uno para funcionar. La mayoría de veces ni siquiera serás consciente de ello. Ahora mismo, por ejemplo, el proceso por el cual estás respirando es totalmente automático, y si te pregunto cómo se llama tu madre me contestarás sin pensar.

sistema es intuitivo

Otra cosa es que ahora yo te pida que me recites el alfabeto al revés.

Z, y, xxx…

¡Vamos, más rápido!

…w, v, u, t… ¡joder!, r…, no, s…

Tu mente ha activado el sistema 2. En esta ocasión, tu mente ha concentrado la atención en resolver este problema. Es un pensamiento lento, mucho más analítico y racional.

Inciso. Todo esto que te cuento es parte del resultado de años de investigaciones del psicólogo Daniel Kahneman plasmadas en su libro Pensar rápido, pensar despacio que es una pasada. Te lo recomiendo.

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Pensar rápido está bien… si sabes cómo

El sistema 1 está diseñado para no dudar y tomar como cierto todo lo que ha absorbido del mundo que le rodea desde nuestro mismo nacimiento. Esto no es un problema por si mismo. El sistema 1 nos soluciona muchas acciones cotidianas, respuestas automáticas o funciones corporales. No podríamos vivir sin el sistema 1. Además, esta forma rápida de pensar alivia a nuestra mente y permite que ésta se dedique a temas más complicados. Es como el piloto automático de nuestro cerebro.

Pensar rápido está bien... si sabes cómo

Claro que, como has comprobado en el acertijo de ahí arriba, el sistema 1 tiene sus problemillas. Como no es analítico, a menudo considera ciertas muchas cosas que no lo son. Y esto pasa porque la mayoría de las veces el sistema 1 se fía de las apariencias. Digamos que con el sistema 1 nuestra mente no le da muchas vueltas a los problemas y confía para resolverlos en evidencias limitadas.

What you see is all there is (WYSIATI)

El pensamiento intuitivo del sistema 1 nos hace llegar muchas veces a conclusiones rápidas, pero no necesariamente correctas. Por lo general llegamos a esas conclusiones analizando solo unas pocas piezas del rompecabezas. Por eso esas conclusiones suelen ser erróneas.

What you see is all there is (WYSIATI)

Kahneman acuñó el acrónimo WYSIATI, Lo que ves es lo que hay, queriendo explicar que el sistema 1 suele llegar a conclusiones sin tener en cuenta muchas evidencias, o sin tener en cuenta todas las aristas del problema en cuestión. El sistema 1 asume que lo que ve es lo que hay, y que con eso debe resolver. Y claro, la realidad es bien distinta, y generalmente lo que ves es solamente una parte de lo que hay.

Pero ya es tarde para rectificar y nuestro sistema 1 ha asumido como ciertas ciertas cosas que no lo son. Al menos no lo son ahí fuera, en el mundo real. Porque tu mente va a desarrollar ciertos mecanismos para auto convencerse de que tiene razón.

Aquí es donde entran en juego los sesgos cognitivos. Los sesgos son errores de la mente que aparecen en nuestro pensamiento de forma sistemática e involuntaria.

Así se equivoca nuestra mente: los sesgos cognitivos

Hay un montón de sesgos cognitivos. Estos son los más importantes.

El sesgo de confirmación

El sesgo de confirmación

Nuestra mente buscará pruebas que confirmen una idea que ya tiene. Por ejemplo, si eres fan de Apple y quieres demostrar que tu iPhone es mejor que el Samsung de tu amigo, buscarás en Google «Por qué iPhone es mejor que Samsung» para obtener confirmaciones a tu pensamiento, en lugar de buscar simplemente «iPhone versus Samsung».

La ley de los pequeños números

La ley de los pequeños números

Cuando una muestra estadística es pequeña, es más probable obtener resultados extremos e inválidos. Cuando vas caminando por la calle y observas que te has cruzado con cuatro chicos con barba seguidos, puedes deducir que en ese barrio la mayoría de los chicos llevan barba, cuando seguramente no sea así. Si sigues caminando y te cruzas con cien chicos, verás cómo los resultados ya no son tan extremos.

Esta ley es la favorita de las empresas farmacéuticas en los típicos anuncios de «elimina la caspa en nueve de cada diez hombres» o «el 95 por ciento de las mujeres han notado los resultados». Pero, ¿cuántos hombres o cuántas mujeres han participado en el estudio?

Heurística del afecto

Heurística del afecto

Este sesgo empuja a tomar decisiones rápidas en función de las emociones. Aquí los políticos son los expertos cuando utilizan palabras como «división» o «confrontación» para referirse a su adversario y «unión», «trabajo», «crecimiento» para referirse a si mismos.

El efecto anclaje

El efecto anclaje

Un clásico en el marketing. Este sesgo aplicado a la publicidad nos induce a pensar que un producto es caro o barato tomando como referencia una cantidad previa. Efectivamente, las rebajas. Si lees: Antes, 200 euros. Ahora lléveselo por solo 139 euros, subconscientemente están mandando un mensaje a tu mente para que interprete que ese producto tiene un precio muy ventajoso. Sin embargo, ese precio puede no reflejar el valor del producto. De hecho, puede estar muy por encima del valor real del producto.

El efecto halo

sesgos cognitivos

O la transferencia hacia un producto de ciertos valores de una persona bien reconocida por la sociedad. Una vez más, los publicistas utilizan este sesgo cuando nos venden los seguros de coche de Matías Prats o las cápsulas de café de George Clooney.

Heurística de la disponibilidad y cascada de disponibilidad

Cuando tenemos que pensar en la frecuencia de un fenómeno, tendemos a valorarla según los recuerdos de fenómenos similares que nos vengan a la mente. Si ves en las noticias que esta semana dos perros han mordido a dos niños, tenderás a pensar que los perros de tu ciudad están mordiendo niños continuamente, cuando la realidad es que el porcentaje de perros peligrosos es insignificantemente pequeño. Si quedas con dos amigos y casualmente ambos se han comprado el mismo móvil, interpretarás erróneamente que la población está comprando en masa ese móvil en cuestión.

cascada de disponibilidad

Los medios de comunicación inician a menudo lo que se denomina cascada de disponibilidad para manipular a la opinión pública en relación a cuestiones políticas o sociales. El proceso comienza con reportajes o noticias de carácter alarmista que crean alerta sobre cualquier asunto – un nuevo partido político amenaza el bipartidismo, por ejemplo -. Aunque ese tema de conversación no sea preocupante inicialmente, los medios crean una preocupación artificial en la sociedad, que demanda más contenidos relacionados, que a su vez crean más y más alarma y preocupación en la opinión pública. Esa cascada de disponibilidad puede llegar a tal punto que el gobierno del país tenga que intervenir de alguna forma.

De manera tradicional, los medios de comunicación han utilizado cascadas de disponibilidad para echar presidentes, influir decisivamente en elecciones o decisiones políticas o posicionar a la sociedad de uno u otro lado en relación a cualquier asunto.

La falacia narrativa

Este sesgo responde a la necesidad que tenemos que buscar una lógica narrativa a todo. Nuestro sistema 1 no comprende a menudo las causas de una situación y nuestra mente construye alrededor de ella una historia que, a pesar de tener sentido, puede no ser cierta.

Los sesgos cognitivos son realmente irresistibles

Los sesgos cognitivos son realmente irresistibles

Los sesgos tienen un carácter irresistible. Cualquier sesgo tendrá mucho más valor para el sistema 1 que la realidad misma. Ni tú ni yo ni nadie podemos evitar este comportamiento por parte de nuestra mente. Estamos programados así.

Lo único que podemos hacer es detectar estos sesgos cognitivos cuando aparezcan y ser conscientes de ellos. Están por todos los sitios. No hace falta que te confiese que los comunicadores, publicistas, comerciales o periodistas utilizamos estos chispazos mentales a nuestro favor para inducir a la gente a pensar ciertas cosas o comprar ciertos productos. Tu salvavidas es el sistema 2. Recuerda pedir ayuda a tu sistema 2 para evitar caer en este tipo de trampas mentales a través del pensamiento analítico.

No te dejes manipular, pide ayuda a tu sistema 2

Como ya te he contado más arriba, tu mente evitará el pensamiento analítico del sistema 2 siempre que pueda e irá a lo sencillo, utilizando el pensamiento intuitivo para sacar conclusiones precipitadas. Esto te hará más vulnerable y manipulable.

No te dejes manipular, pide ayuda a tu sistema 2

Por tanto, eres tú quien debe ser consciente de esa manipulación mental y pedir ayuda a tu sistema 2 tantas veces como lo necesites. La intuición está bien, pero a menudo es necesario un análisis más detenido del problema para dar con la mejor solución.

Daniel Kahneman explica en su libro que cuando utilizamos el sistema 2 nuestra mente se centra tanto en ese problema en cuestión que no puede hacer más cosas al mismo tiempo. Por ejemplo, si vas caminando con alguien y le pides que resuelva una multiplicación como 24×78, seguramente dejará de caminar para hacer el cálculo. 

Así que la conclusión está clara: Antes de que tu sistema 1 meta la pata, ejercita tu sistema 2 y párate a pensar. Literalmente.

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