Si madrugas, puede ser por dos razones. Una, porque tengas familia, hijos o un trabajo al que entrar temprano y tengas la obligación de hacerlo. O dos, porque hayas decidido levantarte pronto para aprovechar las primeras horas del día, aun sin tener la necesidad de hacerlo.

Sea cual sea tu caso, esto te interesa. Madrugar es duro para la inmensa mayoría de la gente. Pero hay un sistema casi mágico que te ayudará. Pero antes vamos a identificar dónde está el problema. https://youtu.be/W6ZI0elnDts

¿Por qué me cuesta tanto madrugar?

madrugar es facil

¿Recuerdas con qué ilusión vivías la mañana de Reyes cuando eras un niño? En cuanto te despertabas saltabas como un resorte de la cama para abrir tus regalos.

Cuando esperas un día ilusionante, madrugar no es un problema. Lo es, en cambio, cuando por delante solamente hay un día aburrido, rutinario o lleno de problemas.

Ya no somos niños en la mañana de Reyes, y muchos días es complicado sentirse motivado al amanecer. Es por tanto lógico que no nos apetezca lo más mínimo levantarnos de la cama.

Quizás te has acostumbrado incluso a apurar cinco minutos más antes de levantarte. Mucha gente lo hace. Esto es una consecuencia de lo anterior, la apatía ante el nuevo día.

Esto, además de ser una forma muy triste de vivir, puede producirte trastornos psicológicos y llevarte a la depresión. Estás enviando a tu mente subconsciente la idea de que el día no merece la pena y no hay razón alguna para estar activo y vivir la vida.

¿Cómo quieres comenzar el día?

Cinco minutos más

El inicio de una nueva jornada se puede ver desde dos puntos de vista. El primero es el que acabamos de identificar: rutina, desmotivación, aburrimiento. ¡Si pudiera me quedaba en la cama! ¡Cinco minutos más!

El segundo punto de vista es el opuesto: el nuevo día puede ser ilusionante. No hay «un día más» sino un día distinto, un día diferente. Puede que te alegre pensar en pasar un rato con tus hijos cuando salgan del colegio, o quizás tienes entre manos un reto laboral que te emociona. O igual por la noche vas a ver una peli con tu pareja compartiendo un momento juntos. O igual estás preparando una fiesta de cumpleaños para tu mejor amigo. Siempre hay algo especial. Siempre hay una razón para levantarte de la cama con ilusión.

Haz esto para acostumbrarte a madrugar

Ya hemos hablado de los hábitos en otros artículos. Por ejemplo, en este de aquí tienes hábitos para tu mejora continua. Crearse un hábito es una buena idea. Hay libros, como este de Charles Duhigg, El poder de los hábitos, que te enseñarán a adoptar nuevos hábitos y eliminar otros paso a paso.

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Para crear facilmente el hábito de madrugar, lo único que tienes que hacer es madrugar. Así de sencillo. Te explico.

Ponte el despertador. Cuando suene, levántate de la cama. Hazlo cada día, cueste lo que cueste. Debes obligar a tu cuerpo a adoptar ese hábito condicionado. Al principio te costará la vida entera levantarte al sonido del despertador. Más si durante toda tu vida has estado acostumbrado a estirar esos cinco minutos o, incluso, a no madrugar. Pero poco a poco se irá haciendo más sencillo, hasta llegar al punto en el que tu cuerpo se levantará sin esfuerzo al sonido del despertador.

madrugar-sencillo

Si quieres adoptar el hábito de madrugar hay dos condiciones que tienes que cumplir. La primera es que cuando suene el despertador debes levantarte al momento. No valen esos cinco minutos más. Y la segunda es que deberás esforzarte por encontrar esa motivación que te haga despertar como en la mañana de Reyes.

Esta fórmula para acostumbrarte a madrugar es sorprendentemente efectiva y puedes extenderla para cambiar cualquier otro aspecto de tu vida. Y si quieres profundizar, te recomiendo que explores más trucos, consejos y procedimientos para crear o eliminar hábitos en el libro El poder de los hábitos de Charles Duhigg.

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