Cuando te responsabilizas, cuando te convences de que todo lo que te pase, lo bueno y lo malo, depende de ti, entonces tienes el poder. El poder de decidir hacia dónde quieres que vaya tu vida.

Pero a veces cuesta darse cuenta de que la culpa de todo lo que no te gusta de tu vida no es de tu jefe, de tu pareja o el gobierno de turno. Es sencillo echar culpas ahí fuera. Nos quedamos agusto, pero a la deriva.

Porque cuando las culpas las tienen otros, son otros los que dirigen nuestra vida. En cambio, cuando la culpa es nuestra, también es nuestro el mando. Es así de sencillo.

A veces decimos eso de que no debemos preocuparnos por lo que no podemos controlar. Y bueno, eso está muy bien, es muy liberador… Como no puedo controlar si me van a echar o no del trabajo… pues oye, no me preocupo por eso y que sea lo que tenga que ser.

Es cómodo.

De un plumazo la mitad de las cosas importantes de nuestra vida ya no nos preocupan.

No tiene mucho sentido, ¿no? No tiene sentido hagamos como que las cosas más importantes de nuestra vida no nos importan. Claro que nos importan. ¡Lo que más!

Así que responsabilízate.

Anticípate.

Actúa.

Si cabe la posibilidad de que te echen del trabajo, vete buscando otro. Vete pensando en lanzar un negocio propio. Yo que sé. 

Ahorra… invierte… 

Eso es responsabilizarte. Tener un plan, y dirigirte hacia él. 

Obvio que hay cosas que no puedes controlar. El caso clásico es llegar tarde algún sitio y echar la culpa al tráfico, al bus que siempre llega tarde.

Es culpa del bus…

De la Comunidad, que como no pone más buses las frecuencias son demasiado grandes…

Del tráfico…

¿De qué más?

Es tu culpa, si llegas tarde a trabajar el jefe sabrá que es tu culpa, si llegas tarde a una cita tu crush va a pensar que es tu culpa, es tu culpa, responsabilízate ya. 

«Y, ¿por que me iba yo a responsabilizar si el bus llega tarde? No es culpa mía».

????????‍♂️ No has entendido nada. El chiste es que debes comprender que el hecho de que el bus llegue tarde te afecta a ti, y si afecta a otros les afecta a través de ti. 

Si te echan del trabajo, te afecta a ti y a tu familia si la tienes a tu cargo.

Si te deja tu pareja te afecta a ti. Si te ha puesto los cuernos y le has dejado tu, te afecta a ti… así que ¿qué más da de quién sea la culpa? 

La clave es que te afecta a ti, responsabilízate desde el principio y cambia.

Culpar te deja a la deriva. 

La responsabilidad te empodera y te da las riendas de tu vida.

Simplemente toma lo que te pase, acepta y continúa.